Ser imitador es loable. No hay nada de despectivo. Desde que no anule su "yo".

Algunos importantes personajes históricos / espirituales ya han dicho: "Sean mis imitadores". Sí, debemos reflejarnos en aquellos que han logrado y que han venido a destacar en los diferentes campos de la vida, sea espiritual, profesional, académico, familiar, personal o intelectual.

Después de todo, si conocemos a personas que alcanzaron un alto grado de evolución en tales campos, ¿por qué no tratar de recorrer sus caminos? ¿Por qué no copiarlos?

A veces imitamos o adoptamos tantas "modas" en el hablar o vestir que no llevan a ningún lugar, entonces, ¿por qué no buscar reflejarse en hábitos saludables, buenas costumbres o en otras características que podrán contribuir con un "yo" mejor?

Mira a una bella familia, bien estructurada, repleta de amor y respeto y busca los ingredientes de ella, llevándolos, aunque sea parcialmente, a la tuya.

Vea a un profesional acertado. ¿Qué libros lee, cuál es su formación, cómo es su postura al hablar, al andar y al conducir diferentes situaciones? Acércate a eso.

Acompañe a un alumno que se destaca en su curso. ¿Cuáles son las metodologías adoptadas? ¿Cómo es su disciplina para los estudios? ¿Tiene técnicas de memorización o asimilación de la materia? Busque dividir esto.

¿Conoces a alguien que se viste bien, que habla bien, que escribe bien, que se destaca en determinado deporte, que tiene facilidad de relacionarse? Acompañe sus pasos y absorba algunas de sus características.

¿Admira un determinado líder espiritual? Busque traer su esencia a su vida y aplicar sus principales preceptos.

Obviamente, en ningún momento debemos perder nuestra identidad, haciéndonos falsos para con nosotros mismos. Sin embargo, podemos renunciar a un poco de nuestro "yo" para dejar entrar virtudes, habilidades, cualidades, entre otras características que pueden contribuir con nuestra evolución de una forma general.

¡Sea, por lo tanto, un buen y selectivo imitador!

¡Que el ETERNO sea contigo y en ti, hoy y en todos tus días!