Fe. Una palabra tan pequeña, pero de increíble poder!
La fe es algo íntimo, personal, intransferible. La fe es creer en aquello que no se ve, en lo que aparentemente es imposible. La fe es también un encuentro consigo mismo, recorriendo campos no visitados por la conciencia, activándolos como un increíble poder interior.
Aquel a quien se atribuyó y se atribuye tantos milagros, Jesús, dijo palabras como: "tu fe te curó", "tu fe te salvó", "quien tenga fe del tamaño de un grano de mostaza dirá al monte trasladar de lugar y así se hará "," nada es imposible a quien cree ". Nadie subrayó de manera tan amplia y contundente la importancia de la fe.
Si pasamos a los casos de hoy, veremos a personas que testifican casos increíbles de milagros en sus vidas. Algunas de las cuales simplemente ingerieron cápsulas de harina creyendo en ellas estar la cura para su enfermedad, o aún quien haya hecho uso de pedazos de papel encapsulados creyendo en ellos contener la bendición de un santo o de DIOS, o aún otros que, por haber oído con tanto la convicción de alguien, en su mayoría de un líder religioso, que la cura o milagro sucedió, que salen de sus lugares sin ningún signo del mal que les acometieron.
Sí, la fe mueve montañas. La fe, por lo tanto, es un dispositivo interior que nos une al SUPERIOR, y hace las cosas posibles. Es un eslabón con lo espiritual, con lo divino, que hace potenciar y, por qué no, materializar aquello en lo que creemos.
¡Así, tenga fe! ¡Creer que tu vida puede cambiar! ¡Que todo de mejor pueda sobrevenderse! ¡Comience a ejercitar esto en los diferentes campos de su vida! Dare! ¡Haz que tu vida sea también evidenciada por los milagros existentes en ella! ¡Eso no es y no será privilegio de pocos, antes, está disponible a toda creación de Dios, pues así nos hizo!
¡Que Él sea contigo y aún más en ti, hoy y en todos tus días!
Yedidyah